Ahorita que andan de moda los cuentos, quiero hacer mi presentación con el cuento que escribí: Ahí se los dejo, nada más no lloren.
Sin más que decir
Esto ocurrió en los años 80, en una ciudad donde nadie tenía tiempo para otras personas que no fueran sus conocidos y familiares, donde las prisas desataron una gran envidia, un lugar donde muy pocos se respetaban, ya los jóvenes no tomaban iniciativa, simplemente estudiaban por ser un empleado más y tener más dinero que el otro. En esa gran ciudad con enormes construcciones, hermosos paisajes llenos de alegría y color, habitaba un gran ser, su nombre era Zion, quien tuvo una historia que para nosotros sería la historia más silenciosa del mundo, pero para él no fue así.
A los 20 años de edad se encontraba trabajando en un hotel de la ciudad, ya que su preparación profesional no era tan valiosa curricularmente, trabajaba de galopín (un puesto bajo en la hotelería) y todo lo hacia de la mejor manera posible, sus amigos, más bien, sus compañeros, murmuraban todo el tiempo de su capacidad para hacer sus tareas, y cuestionaban siempre su manera de ser. A pesar de que intentaban ser amigos de Zion, él muy pocas veces tenía cosas que decir, pero siempre que las decía todos se quedaban sorprendidos, pero para muchos la verdad les incomodaba y dejaban de lado la amistad con él. Los gerentes y personas que tenían mejores puestos que él lo admiraban, tenía el respeto de todas las personas de su alrededor. Al terminar el trabajo, que era de tiempo completo, se dirigía a su casa, que se encontraba en una construcción a medio terminar, pero que tenía habilitado un cuarto para descansar, simplemente una cama, una pequeña estufa, baño y curiosamente una maquina de escribir sobre una pequeña mesa de centro, con galones de cloro vacíos debajo para sostenerla, al momento de llegar sacaba una moneda de 10 pesos del bolsillo y la metía en el galón vació, y escribía un verso como este:”Estos 10 pesos son para quien los necesite, hoy vi a un niño llorando por que su madre no le compro lo que quería, vi a un joven preocupado por chocar su carro, a una mujer gritarle a sus hijos por que pedían comida y a todos pensé darles esta moneda de 10 pesos, pero aun que llene sus bolsillos con oro, llegará el día en que se vuelvan a quedar sin dinero y como no han comprendido el sentido del vivir, volverán al enojo y a la ira.” Después de eso tomaba sus alimentos nocturnos, salía un rato a pensar, y regresaba a dormir.
Un día todos en la empresa, cansados de ver a Zion activo para hacer sus tareas ó llenos de envidia quizá, lo llamaron a una reunión que fue propuesta por los empleados y aprobada por su supervisor, argumentando que querían saber el secreto de llegar felices al trabajo, algunos comentaban en forma de broma: - Que droga se mete este tipo. El acepto con gusto y acudieron a una pequeña sala del hotel donde sólo los galopines asistieron. La platica inicio con la pregunta forzada, -¿Cómo es que tu estado de animo siempre esta alto? Zion con una sonrisa respondió: -Mi estado de animo esta así por que mi mente, mi cuerpo y mi alma esta totalmente sobre la tierra, las irresponsabilidades y cargos de conciencia te dejan un mal humos y una gran carga emocional… Explicó poco a poco todas las ideas acerca de la vida que tenía, y sus compañeros no hacían más que quejarse de su pasado, y sólo ahí encontraban las excusas para justificar su forma de ser en el presente, Zion culminó preguntando: -Si no tuvieran dinero en sus bolsillos ¿Se dejarían morir?.
Al llegar a su casa ese día después de la conferencia que impartió a los 40 empleados y compañeros, se sentó sobre la cama, acerco la mesa, metió los 10 pesos y escribió: - Hoy pensé darles 10 pesos a cada uno de los mis compañeros de trabajo, pero que bueno que dejaron que les regalará más, al fin de cuentas 10 pesos se los habrían terminado en un día.
Pasaron 3 días después de la charla que tuvieron los 40 empleados y compañeros, cuando pidieron nuevamente una charla con Zion, ahora no sólo con 40 personas, si no que invitaron a la mitad de colaboradores del hotel aun los directivos no se interesaban, sólo daban el permiso para sus reuniones en los salones de eventos del hotel, nuevamente dio su fundamento de vida, pero ahora terminó preguntando:-¿Qué creen ustedes que valga más para la vida, el conocimiento ó el dinero?
A todos los empleados les gusto mucho la manera de pensar de este chico de 20 años, que poco a poco fue creando una fama en la comunidad de su trabajo, era el día de recoger el dinero de la semana, llegó a su casa después de comprar todo lo necesario para comer la semana próxima, se sentó a orilla de su cama acercó la mesa, metió los 10 pesos al bote, y escribió: - Hoy gané más de 300 pesos de sueldo, gané que mis compañeros me escucharan, y eso me hace más feliz que cuando estaba feliz.
A los 30 días después de haber impartido sus conocimientos, sucedió un gran cambio en la actitud de sus compañeros de trabajo, que provocó una interrogante en los puestos directivos, gracias a la eficiencia de los trabajadores el hotel estaba aumentando sus utilidades, las personas de puestos altos no estaban enterados de las platicas de Zion con sus compañeros, hasta que un comentario de los mismos compañeros llego a oídos de uno de los directivos: -En verdad soy otro al escuchar las platicas de Zion es increíble el efecto que tiene sobre el sub-consiente. Al enterarse de esta situación citaron nuevamente a Zion para que platicara no sólo a todos los empleados del hotel, si no también a todos los directivos de la cadena, Zion un poco nervioso por las ansias de compartir sus ideas, salió a escena, con gran fluidez platico de la fe que tiene hacia sus compañeros y de las grandes cualidades de los mismos, dando nuevamente un gran discurso. Culminó preguntando:-¿Qué tiene la gente feliz, que nos haga falta a nosotros?
Al llegar a su casa, se sentó en la orilla de su cama, arrimó su mesa, metió 20 pesos a su bote, y escribió:-Hoy no metí 10, metí 20, por que las personas que escucharon no lo necesitan, están llenas de felicidad y la felicidad deja fluir sus cualidades, virtudes y muchas cosas positivas.
Los directivos se cansaron de buscar referencias de él, sólo sabían que trabajaba en ese hotel desde hace 1 año y que su nombre era Zion, entraron en polémica de cómo era que estaba trabajando sin papeles, y decidieron hacerle un llamado para que aclarará las cosas, ya que no podía trabajar sin papeles.
Al siguiente día, llegando lo presentaron con su supervisor, para explicar lo sucedido con los papeles, con disgusto, hablo de su vida, de cómo vio morir a su familia, y como se quedó sin nada, de las adversidades que tuvo que pasar para poder comer, la violencia, prostitución, drogadicción que tuvo que pasar en las calles para poder encontrar algo de comer, y de alguna u otra manera poder sobrevivir sin estudiar desde los 6 años, explico también el como un chef lo ayudo a entrar como galopín al hotel sin documentos y el como estudiaba cada libro al que tuviera acceso. Agradeciendo al supervisor de dejarlo que regresara al trabajo terminó su explicación. Al escuchar esto, el supervisor conmovido ofreció de buena manera su ayuda a este muchacho. Ese mismo día pero más tarde, lo llamaron nuevamente, los altos directivos estaban reunidos, parecía que era el fin, pero una voz agradable, lo saludo y preguntó, ¿qué tantas ganas tienes de volver a estudiar? Con los ojos llorosos , tartamudeando y con una gran sonrisa respondió: - Mu-muchas. Fue entonces cuando los directivos del hotel decidieron dejarlo trabajar medio tiempo, pagándole la escuela y su horario completo de trabajo, poco a poco terminó su educación básica, después la educación media-superior, y la superior, 4 días después de haber finalizado sus estudios superiores, lo llamaron a una conferencia magistral, las radio difusoras, televisión, directivos de varias empresas, el mismo alcalde de la ciudad estaba presente, y no podían faltar todos sus compañeros de trabajo, ya era una noticia estatal, nuevamente, explico con palabras claras y muy limpias, que para él era una vida hermosa, también mencionó algo que no había descrito en sus relatos anteriores, comentó que todos somos ignorantes, pero que a medida que vamos conociendo más de la vida y de las cosas que nos rodean necesitamos menos palabras para entenderlas. Con mucho éxito concluyó diciendo:- Lo que me hace sentirme feliz es que todos me entienden, por que están vivos.
En los siguientes días, lo subieron de puesto, comenzó a ayudar a otras personas a superarse, los directivos lo querían mucho, decían que era su inversión caminando, no pasó mucho tiempo en que se hiciera cargo de un hotel el sólo, era el hombre más exitoso de la ciudad, había logrado una producción increíble, cambio de casa, se compro un coche, se comprometió con una hermosa mujer y seguía estudiando, las personas que habían estado en sus platicas también se convirtieron en personas de gran porvenir, y no faltaba el día en el que llegara una carta agradeciendo a este joven que cambio la manera de ver las cosas de muchos, haciéndolos creer en todo lo que podían hacer, con el simple hecho de estar felices.
Su entorno era genial, no había persona que no lo quisiera, toda la ciudad hablaba de él gran Zion, hasta que un día, antes de dormir recordó aquella casa donde había sido feliz por tantos años y regresó, encontró esa vieja maquina de escribir, sobre aquella mesa soportada por dos botes llenos de monedas depositadas por 12 años de estudio y trabajo, sacudió un poco el polvo de la maquina, y escribió: -Estas monedas nunca las necesito nadie que estuviera a mi alrededor, espero que tampoco les falte a las personas que están junto de las personas que escucharon mis ideas de vida. Escrito esto saco los dos botes llenos de monedas, los subió al coche, y se dispuso s tirarlos al mar, llegando al malecón, encontró a dos mal vivientes, sin tomarles importancia se dirigió cerca de la orilla para aventar los botes, no volteo la mirada en ningún momento hacia aquellos mal encarados, cargado con dos botes llenos de monedas, y en una oscura noche, no pudo reaccionar, y de un golpe en la cabeza calló al mar, los individuos no tenían idea de la personalidad de este gran señor, era la primera vez, que no pudo expresar su vida, y fue la primera vez que se quedó sin más que decir.
La ignorancia no sabe lo difícil que es vivir y mucho menos el significado de crecer, por algo es ignorancia. Atte.: Zion
Ulises Salazar Cabrera
Ingeniería en Tecnologías de la Información
Matricula 2902
Cuento, Sin más que decir
Pseudónimo Zion
Calle 2, manzana 2b lote 8 col. Alianza Popular
4878128
7441772577
cast_02@hotmail.com
Sin más que decir
Esto ocurrió en los años 80, en una ciudad donde nadie tenía tiempo para otras personas que no fueran sus conocidos y familiares, donde las prisas desataron una gran envidia, un lugar donde muy pocos se respetaban, ya los jóvenes no tomaban iniciativa, simplemente estudiaban por ser un empleado más y tener más dinero que el otro. En esa gran ciudad con enormes construcciones, hermosos paisajes llenos de alegría y color, habitaba un gran ser, su nombre era Zion, quien tuvo una historia que para nosotros sería la historia más silenciosa del mundo, pero para él no fue así.
A los 20 años de edad se encontraba trabajando en un hotel de la ciudad, ya que su preparación profesional no era tan valiosa curricularmente, trabajaba de galopín (un puesto bajo en la hotelería) y todo lo hacia de la mejor manera posible, sus amigos, más bien, sus compañeros, murmuraban todo el tiempo de su capacidad para hacer sus tareas, y cuestionaban siempre su manera de ser. A pesar de que intentaban ser amigos de Zion, él muy pocas veces tenía cosas que decir, pero siempre que las decía todos se quedaban sorprendidos, pero para muchos la verdad les incomodaba y dejaban de lado la amistad con él. Los gerentes y personas que tenían mejores puestos que él lo admiraban, tenía el respeto de todas las personas de su alrededor. Al terminar el trabajo, que era de tiempo completo, se dirigía a su casa, que se encontraba en una construcción a medio terminar, pero que tenía habilitado un cuarto para descansar, simplemente una cama, una pequeña estufa, baño y curiosamente una maquina de escribir sobre una pequeña mesa de centro, con galones de cloro vacíos debajo para sostenerla, al momento de llegar sacaba una moneda de 10 pesos del bolsillo y la metía en el galón vació, y escribía un verso como este:”Estos 10 pesos son para quien los necesite, hoy vi a un niño llorando por que su madre no le compro lo que quería, vi a un joven preocupado por chocar su carro, a una mujer gritarle a sus hijos por que pedían comida y a todos pensé darles esta moneda de 10 pesos, pero aun que llene sus bolsillos con oro, llegará el día en que se vuelvan a quedar sin dinero y como no han comprendido el sentido del vivir, volverán al enojo y a la ira.” Después de eso tomaba sus alimentos nocturnos, salía un rato a pensar, y regresaba a dormir.
Un día todos en la empresa, cansados de ver a Zion activo para hacer sus tareas ó llenos de envidia quizá, lo llamaron a una reunión que fue propuesta por los empleados y aprobada por su supervisor, argumentando que querían saber el secreto de llegar felices al trabajo, algunos comentaban en forma de broma: - Que droga se mete este tipo. El acepto con gusto y acudieron a una pequeña sala del hotel donde sólo los galopines asistieron. La platica inicio con la pregunta forzada, -¿Cómo es que tu estado de animo siempre esta alto? Zion con una sonrisa respondió: -Mi estado de animo esta así por que mi mente, mi cuerpo y mi alma esta totalmente sobre la tierra, las irresponsabilidades y cargos de conciencia te dejan un mal humos y una gran carga emocional… Explicó poco a poco todas las ideas acerca de la vida que tenía, y sus compañeros no hacían más que quejarse de su pasado, y sólo ahí encontraban las excusas para justificar su forma de ser en el presente, Zion culminó preguntando: -Si no tuvieran dinero en sus bolsillos ¿Se dejarían morir?.
Al llegar a su casa ese día después de la conferencia que impartió a los 40 empleados y compañeros, se sentó sobre la cama, acerco la mesa, metió los 10 pesos y escribió: - Hoy pensé darles 10 pesos a cada uno de los mis compañeros de trabajo, pero que bueno que dejaron que les regalará más, al fin de cuentas 10 pesos se los habrían terminado en un día.
Pasaron 3 días después de la charla que tuvieron los 40 empleados y compañeros, cuando pidieron nuevamente una charla con Zion, ahora no sólo con 40 personas, si no que invitaron a la mitad de colaboradores del hotel aun los directivos no se interesaban, sólo daban el permiso para sus reuniones en los salones de eventos del hotel, nuevamente dio su fundamento de vida, pero ahora terminó preguntando:-¿Qué creen ustedes que valga más para la vida, el conocimiento ó el dinero?
A todos los empleados les gusto mucho la manera de pensar de este chico de 20 años, que poco a poco fue creando una fama en la comunidad de su trabajo, era el día de recoger el dinero de la semana, llegó a su casa después de comprar todo lo necesario para comer la semana próxima, se sentó a orilla de su cama acercó la mesa, metió los 10 pesos al bote, y escribió: - Hoy gané más de 300 pesos de sueldo, gané que mis compañeros me escucharan, y eso me hace más feliz que cuando estaba feliz.
A los 30 días después de haber impartido sus conocimientos, sucedió un gran cambio en la actitud de sus compañeros de trabajo, que provocó una interrogante en los puestos directivos, gracias a la eficiencia de los trabajadores el hotel estaba aumentando sus utilidades, las personas de puestos altos no estaban enterados de las platicas de Zion con sus compañeros, hasta que un comentario de los mismos compañeros llego a oídos de uno de los directivos: -En verdad soy otro al escuchar las platicas de Zion es increíble el efecto que tiene sobre el sub-consiente. Al enterarse de esta situación citaron nuevamente a Zion para que platicara no sólo a todos los empleados del hotel, si no también a todos los directivos de la cadena, Zion un poco nervioso por las ansias de compartir sus ideas, salió a escena, con gran fluidez platico de la fe que tiene hacia sus compañeros y de las grandes cualidades de los mismos, dando nuevamente un gran discurso. Culminó preguntando:-¿Qué tiene la gente feliz, que nos haga falta a nosotros?
Al llegar a su casa, se sentó en la orilla de su cama, arrimó su mesa, metió 20 pesos a su bote, y escribió:-Hoy no metí 10, metí 20, por que las personas que escucharon no lo necesitan, están llenas de felicidad y la felicidad deja fluir sus cualidades, virtudes y muchas cosas positivas.
Los directivos se cansaron de buscar referencias de él, sólo sabían que trabajaba en ese hotel desde hace 1 año y que su nombre era Zion, entraron en polémica de cómo era que estaba trabajando sin papeles, y decidieron hacerle un llamado para que aclarará las cosas, ya que no podía trabajar sin papeles.
Al siguiente día, llegando lo presentaron con su supervisor, para explicar lo sucedido con los papeles, con disgusto, hablo de su vida, de cómo vio morir a su familia, y como se quedó sin nada, de las adversidades que tuvo que pasar para poder comer, la violencia, prostitución, drogadicción que tuvo que pasar en las calles para poder encontrar algo de comer, y de alguna u otra manera poder sobrevivir sin estudiar desde los 6 años, explico también el como un chef lo ayudo a entrar como galopín al hotel sin documentos y el como estudiaba cada libro al que tuviera acceso. Agradeciendo al supervisor de dejarlo que regresara al trabajo terminó su explicación. Al escuchar esto, el supervisor conmovido ofreció de buena manera su ayuda a este muchacho. Ese mismo día pero más tarde, lo llamaron nuevamente, los altos directivos estaban reunidos, parecía que era el fin, pero una voz agradable, lo saludo y preguntó, ¿qué tantas ganas tienes de volver a estudiar? Con los ojos llorosos , tartamudeando y con una gran sonrisa respondió: - Mu-muchas. Fue entonces cuando los directivos del hotel decidieron dejarlo trabajar medio tiempo, pagándole la escuela y su horario completo de trabajo, poco a poco terminó su educación básica, después la educación media-superior, y la superior, 4 días después de haber finalizado sus estudios superiores, lo llamaron a una conferencia magistral, las radio difusoras, televisión, directivos de varias empresas, el mismo alcalde de la ciudad estaba presente, y no podían faltar todos sus compañeros de trabajo, ya era una noticia estatal, nuevamente, explico con palabras claras y muy limpias, que para él era una vida hermosa, también mencionó algo que no había descrito en sus relatos anteriores, comentó que todos somos ignorantes, pero que a medida que vamos conociendo más de la vida y de las cosas que nos rodean necesitamos menos palabras para entenderlas. Con mucho éxito concluyó diciendo:- Lo que me hace sentirme feliz es que todos me entienden, por que están vivos.
En los siguientes días, lo subieron de puesto, comenzó a ayudar a otras personas a superarse, los directivos lo querían mucho, decían que era su inversión caminando, no pasó mucho tiempo en que se hiciera cargo de un hotel el sólo, era el hombre más exitoso de la ciudad, había logrado una producción increíble, cambio de casa, se compro un coche, se comprometió con una hermosa mujer y seguía estudiando, las personas que habían estado en sus platicas también se convirtieron en personas de gran porvenir, y no faltaba el día en el que llegara una carta agradeciendo a este joven que cambio la manera de ver las cosas de muchos, haciéndolos creer en todo lo que podían hacer, con el simple hecho de estar felices.
Su entorno era genial, no había persona que no lo quisiera, toda la ciudad hablaba de él gran Zion, hasta que un día, antes de dormir recordó aquella casa donde había sido feliz por tantos años y regresó, encontró esa vieja maquina de escribir, sobre aquella mesa soportada por dos botes llenos de monedas depositadas por 12 años de estudio y trabajo, sacudió un poco el polvo de la maquina, y escribió: -Estas monedas nunca las necesito nadie que estuviera a mi alrededor, espero que tampoco les falte a las personas que están junto de las personas que escucharon mis ideas de vida. Escrito esto saco los dos botes llenos de monedas, los subió al coche, y se dispuso s tirarlos al mar, llegando al malecón, encontró a dos mal vivientes, sin tomarles importancia se dirigió cerca de la orilla para aventar los botes, no volteo la mirada en ningún momento hacia aquellos mal encarados, cargado con dos botes llenos de monedas, y en una oscura noche, no pudo reaccionar, y de un golpe en la cabeza calló al mar, los individuos no tenían idea de la personalidad de este gran señor, era la primera vez, que no pudo expresar su vida, y fue la primera vez que se quedó sin más que decir.
La ignorancia no sabe lo difícil que es vivir y mucho menos el significado de crecer, por algo es ignorancia. Atte.: Zion
Ulises Salazar Cabrera
Ingeniería en Tecnologías de la Información
Matricula 2902
Cuento, Sin más que decir
Pseudónimo Zion
Calle 2, manzana 2b lote 8 col. Alianza Popular
4878128
7441772577
cast_02@hotmail.com
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